Por Agencia EFE – hace 4 días
Santiago de Chile, 26 ago (EFE).- El cantante Paul Anka ofreció anoche en el estadio Movistar Arena de Santiago de Chile su único concierto en Latinoamérica dentro de su gira 2009, seguido por alrededor de 12.000 asistentes que le acompañaron en todo momento.
Apareció de entre el público y se despidió junto a él. En una noche de agradecimiento a sus fans, Paul Anka quiso que sus seguidores fuesen los verdaderos protagonistas de la velada.
El estadio estaba lleno después de que las entradas se hubiesen agotado con varios días de antelación. El artista no decepcionó y logró que el público le ovacionara emocionado al final de cada una de sus canciones.
Los seguidores acompañaron al intérprete canadiense desde el principio del recital coreando "Diana", "You are my destiny", "Put your head on my shoulders" y "My way".
Con la mano en el corazón y la emoción en la mirada, Anka -de 68 años y origen libanés- cantó sus más románticas baladas como si quisiese enamorar al público.
"Su voz es impecable a pesar del paso del tiempo", confesó a Efe una de las asistentes, que se mostró emocionada por la energía que trasmitía el artista.
Acompañado por una docena de músicos y en un escenario presidido por un elegante piano de cola, Paul Anka cantó, bailó y demostró sus habilidades tocando el piano y la guitarra.
La estrella del rock and roll ofreció un espectáculo con imágenes de su vida, familia y amigos.
El concierto estuvo lleno de tributos a artistas con los que ha compartido su vida, como Sammy Davis Junior, al que dedicó una de las canciones que compuso expresamente para él y con el que hizo un virtual dúo mediante una interpretación grabada de Davis que fue proyectada en las dos pantallas gigantes a los lados del escenario.
"He escrito muchas canciones, pero escribir para Frank Sinatra fue uno de mis grandes placeres". Con estas palabras introdujo una de sus composiciones más conocidas, "My way", una actuación que parecía ser el broche final a un concierto caracterizado por la emoción; la emoción del público, pero sobre todo la del propio artista.
Pero Anka quiso seguir con más canciones: Un "New York, New York" que acabo de levantar al graderío, y su pegadiza "Diana".
Así finalizó el concierto, tal como lo había empezado dos horas y media antes, animando al público e interpretando uno de sus éxitos más escuchados.
La ovación de los asistentes se fundió al final del concierto con la música y Paul Anka se despidió con los brazos abiertos en cruz y un "¡Muchas gracias!" que se pudo leer en sus labios a través de las pantallas.