Ayer el reconocido chef Gaston Acurio dijo que los peruanos ya no sueñan con irse del Perú". ¿Compartes su efusiva opinión? Este blog no y daremos las razones.
El multipremiado y mediático chef Gaston Acurio escribió en su pagina de Facebook que "los peruanos ya no sueñan con irse del Perú".
Sus declaraciones quizás coinciden con los spots publicitarios que diariamente vemos en la tv abierta. Uno de ellos muestra a varias personas diciendo que en el Perú estamos mejor por obra y gracia de la pareja conyugal (que felizmente ya se largan, esperamos que a prisión). Aludidos indirectamente, el spot es prácticamente una quimera frente a la verdadera realidad que nos toca padecer.
Pues continuemos con el gordito cocinero.
Estas declaraciones nacieron de una conversación con "dos especialistas mundiales del quehacer internacional". Uno de ellos le pregunta sobre el momento que vive el país. Y le responde que los peruanos están orgullosos de quienes son, de su pasado, de su cultura, y que todo lo mencionado representa una fuerza indispensable el éxito".
Añade que "somos un pueblo que no tiene vergüenza de si mismo sino orgullo. Y con ese orgullo ya no queremos irnos, sino cumplir nuestros sueños aquí y conquistar el mundo porque no le tenemos miedo". Luego continua con el mismo rollo chauvinista. Sin embargo, su interlocutor le dice que se necesita más. Gaston enumera las virtudes imprescindibles para ser una mejor sociedad como orden, seguridad, tolerancia, visión, etc; y que estas serán conquistadas. Además, el consumidor de hoy no busca solo experiencias sino productos para vivirlas".
Obviamente, el, como inversionista, que tiene sus restaurantes con pingües ganancias, jamas osaría irse del Perú. Seria alguien bastante estúpido no aprovecharse del boom gastronómico que hoy nos ha puesto como uno de los mejores de la urbe, ¿verdad? Gaston como empresario ha sacado usufructo como chef internacional y ha abierto restaurante en otras ciudades del mundo. Es más, ha lucrado con la comida nacional al venderla en una feria gastronómica llamada Mistura. Lógicamente, jamas negaría que le va mal porque hay gente que consume lo que sus cocineros preparan y los meseros ponen en la mesa de los comensales.
Cuando alguien viene de una familia importante y un padre metido en la política, hay mucha probabilidad de que tenga un buen augurio. Gaston lo ha tenido. Algunas personas le critican por haber encarecido nuestra comida y por explotar a sus trabajadores. Sea como fuere, el orgullo nacional no puede radicar en su gastronomía. Pareciera que así lo fuera para Gaston. Es una traición objetar la comida nacional. Sino fíjate lo que le ocurrió al escritor Ivan Thays. En parte tenia razón sobre lo que significa realmente en términos nutriocionistas. También porque no es tan reconocida como se nos vende en los medios.
Ahora, decir que la gente es profundamente orgullosa de su pasado es algo falaz. La mayoría abjura de haber descendido de los incas y su pasado glorioso. No se refleja en el trato que dan las autoridades a los monumentos arqueológicos ni mucho menos de la gente. Asimismo, si hubiera orgullo, no existirían los casos de racismo.
Somos país en que las leyes se violan constantemente, nadie respeta nada, la autoridad carece de fuerza, la corrupción ha infectado las autoridades. La clase dirigente no tiene horizonte ni meta, solo favorecerse a si mismo y a los grandes empresarios (habla Gaston). Las oportunidades escasean y los pensantes que han visto la realidad buscan irse del país.
¿Conquistar el mundo? ¡Sí el Estado no apoya a los talentos en ciencias ni en deportes! Ni siquiera los medios, que prefieren ahondar en la vida de los especímenes de la farándula.
Y para matizar, Gaston habla que el mundo nunca ha estado tan alineado con las ¿virtudes? que el Perú atesora.
Hay mucho desprecio por la identidad nacional. No somos como los mexicanos que aman y defienden lo suyo; preferimos lo foráneo. Aspiramos y damos vistazos a los chilenos, pero ellos nos aventajan cuatro décadas. Con la escasez de valores seguiremos haciendo méritos para ser una república bananera. Mientras la sociedad peruana permita la corrupción y la viveza como manera de subsistencia, el Perú no surgirá.
Hay talento, lo sabemos, no obstante, no muchos lo aprecian. Salir del Perú es cristalizar los sueños que desafortunadamente aquí nunca se concretarían.
Zapatero a tus zapatos. Mejor dedicate para lo cual te has profesionalizado: la cocina. Bájate de tu nube voladora y deja a los analistas los diagnósticos.
Si tienes oportunidad de irte de acá, ¡hazlo! Es muy probable que te vaya bien. Pero no lleves lo peor de ti, lleva tu talento y virtudes. Bye.
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